El Valle de Nipe (V)



El Valle de Nipe (V)
Tierra de perdigones


El siglo XX. Auge de la bahía y sus alrededores

Fachada UFC en Saint Charles Nueva Orleans
Finalizada la guerra en 1898, luego de entrar en ella los Estados Unidos de Norteamérica, la zona comienza a cobrar vida nuevamente. Un año más tarde, en Nueva York, se fusionan tres compañías y se funda la United Fruit Company (UFC). Parte del capital y las tierras que poseía la familia Dumois en el entorno de la bahía de Nipe, a través de la Boston Fruit Company y de la cual eran accionistas importantes, entran a formar parte de la nueva empresa. Dos de los hermanos Dumois, Hipólito y Simón, conformaron su Junta directiva.
Andrew W Preston
Gerente General UFC
  
Luego de la guerra, la UFC, ahora con todas las garantías para invertir su capital de manera segura tras la intervención norteamericana y las facilidades abiertas al capital norteamericano, reanudó la explotación del banano y puso su mirada y objetivo en la industria azucarera. La zona, luego de varios siglos de promesas y buenos augurios en relación a la calidad de sus tierras, finalmente le abrió los brazos al capital industrial, tanto en la agricultura como en la minería, que por entonces arrastraba al mundo a un segundo aire de crecimiento generado por la revolución industrial del siglo anterior.

En la agricultura por ser un valle muy fértil y en la minería por poseer una cadena montañosa, Sierra Nipe-Cristal, extremadamente rica en minerales. Estudios posteriores determinaron que la zona posee, junto a Canadá, los yacimientos de níquel y cobalto más grandes del mundo.


      

Ya desde tiempos coloniales se conocía la zona como tierra de perdigones. El mineral laterítico, suelo propio de regiones cálidas y húmedas, que cubre toda la zona entre las montañas y la costa, le otorga a la tierra un color rojo ladrillo. Esparcido por todos lados se observan, a simple vista y formando concentraciones de mineral semejantes a perdigones, pequeños trozos de roca con un elevado contenido de hierro. Este mineral es el responsable del característico color rojo que posee la tierra del lugar, que al ser arrastrada por y a través de los ríos y aluviones, transforma la superficie en un caparazón ferroso, duro y espeso: la laterita.

   

En los Estados Unidos algunos comenzaron a llamarle a las nuevas ideas inversoras de la UFC: “la locura cubana de Preston”. En medio de las transformaciones socio-económicas que vivía el país durante los cuatro de intervención norteamericana, reactivaron la producción de banano en las más de setenta mil hectáreas de tierras obtenidas en la fusión y comenzaron la construcción del primer central azucarero, el Boston.   


Las investigaciones históricas sobre economía regional afirman que una región, como realidad natural e histórica, aparece casi siempre engendrada por mecanismos económicos. De hecho cada espacio funcional se especializa en aquello para lo que dispone de ventajas comparativas netas(9).

La bahía de Nipe, la más grande de Cuba, reúne características muy especiales para el comercio marítimo. Sus estratégicas ensenadas y penínsulas donde construir grandes puertos; la disposición, a los pies de dicha bahía, de un inmenso y fértil valle que rodea casi toda la costa; y un macizo montañoso, en su extremo este, cargado de valiosos y estratégicos minerales, definen la zona, luego de varios siglos de espera, como una de las más prometedoras de Cuba al entrar el siglo XX.


El 20 de mayo de 1902 se hace a la luz la República de Cuba

     Luego de una estancia estratégico-estructural de cuatro años (1898-1902) del ejército norteamericano en la isla, el gobierno de los Estados Unidos de América, como elemento fundamental en la victoria del ejército mambí sobre el ejército colonial español que la ocupó por cuatro siglos, y cumpliendo decisiones de su Congreso en relación a la entrada y salida de sus fuerzas armadas en el conflicto, ordena el retiro de la bandera de las muchas estrellas. El recién electo gobierno cubano, elegido democráticamente por primera vez en su historia, iza la bandera de la estrella solitaria el 20 de mayo de 1902 para dar comienzo a la zozobrante e inestable historia republicana de Cuba.  
En los cuatro años de gobierno y permanencia del ejército norteamericano en la isla, se promulgaron decenas de leyes de diferente naturaleza y alcance, tanto para los habitantes del país como para los ciudadanos norteamericanos, españoles y de otras nacionalidades, que residían y que eventualmente residirían en ella en lo adelante.  
La guerra, a pesar de haber transcurrido en solo un tercio de tiempo que la Guerra de los Diez Años (1868-1878), ha sido considerada por los historiadores como la más sangrienta de todas las acaecidas en la isla. Arrasó con una economía que, en algún momento del siglo XIX y a pesar de su estrecho margen de productos, llegó a estar en las diez más importantes del mundo. La isla entera sufrió las consecuencias de la violencia generada por una guerra que finalmente liberó a Cuba de su condición colonial. Y aunque la Enmienda Platt, apostilla lateral que el gobierno de los Estados Unidos incluyó en la constitución cubana de 1901, haya sido como un martinete en el pensamiento social, histórico e intelectual cubano de todo el  siglo posterior, la ley, aprobada por el congreso americano para asegurarse que la presencia norteamericana, con las pérdidas humanas y materiales ocasionadas, no cayera al vacío, estuvo vigente hasta 1933, cuando Franklin Delano Roosevelt la derogó como resultado de la política del buen vecino que el presidente llevó a la práctica en América Latina.


Las leyes migratorias de la recién estrenada República y el Valle de Nipe




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