El Valle de Nipe (III)


El siglo XIX, los asentamientos más importantes y el comienzo del desarrollo



Felton. Spanish-American Iron Company. Inicios siglo XX.

En el libro “Caminos de la isla de Cuba” de Esteban Pichardo, publicado en 1865, se describe como Camino General la vía principal que va desde Mantua, al occidente de la isla, hasta Baracoa, su extremo oriental. En su itinerario, que va de la primera villa fundada hasta Guantánamo, de esta a Cuba, luego a Palma Soriano, Jiguaní, Bayamo y Las Tunas, por ese orden, el pueblo de San Isidoro de Holguín aún no estaba ubicado dentro del Camino General concebido por las autoridades coloniales. Indicación de la poca importancia económica de la zona del norte oriental que rodeaba a la bahía de Nipe. Gibara, pueblo más importante de la zona, inclusive con mayor población que Holguín durante todo el XIX, había desarrollado su comercio a través del mar.  Mayarí, partido pedáneo de Cuba, pasó en 1860 a formar parte de la jurisdicción de Holguín. Esto aumentaba el territorio holguinero más no su importancia económica. No fue hasta finales del siglo XIX, cuando el gran capital industrial norteamericano comenzó a asentarse en la zona, que el fértil valle adquirió relevancia.  Primero fue la industria minera y luego le siguió la agricultura.  Entre minas, centrales azucareros, vegas de tabaco y grandes extensiones de plátano, surgieron la mayoría de los pueblos que circundan la bahía de Nipe y se levantan entre las faldas de las sierras de Nipe y Cristal.

San Isidoro de Holguín

Francisco García Holguín, conquistador español que tomó parte en la fundación de la villa y el Cabildo de Bayamo en 1514, donde llegó a ser Alcalde Ordinario, es recompensado con una Encomienda en el territorio norte de esa villa. Partió a México en 1520 a las órdenes de Hernán Cortés y se convirtió en Alcalde Ordinario de su capital en 1533. Regresó a Cuba en 1535, recuperó sus tierras y comenzó a mercedarlas en hatos y corrales. El 4 de abril de 1545 fundó el hato de San Isidoro de García Holguín. Mismo lugar donde se originó, en igual fecha pero de 1720, el Pueblo de San Isidoro, convertido, en enero de 1752, en Ciudad y nueva jurisdicción del departamento oriental.
  
El crecimiento de la población y la redistribución de las tierras por herencia familiar contribuyeron a la desarticulación de los hatos primitivos en fincas, estancias y sitios de labor. El ganado y el tabaco siguieron constituyendo la base de su producción mercantil. De las incipientes producciones de azúcar en pequeños trapiches familiares del siglo XVIII se pasó, a comienzos del siglo XIX, a la producción de azúcar de caña con fines mercantiles.   En 1804 se crean las primeras capitanías pedáneas: Maniabón, Auras, Fray Benito y Bariay.

La ley de desestanco del tabaco de 1817 y la del libre comercio de 1818, en sinergia con las Reales Cédulas referidas al fomento de la población blanca de 1818 y la de entrega de tierras baldías y de realengos de 1819, hicieron posible un poblamiento extranjero a partir de esa década. Según los Anales de la Isla de Cuba(6), la población del distrito civil de Holguín se incrementó en casi un ochenta por ciento entre 1855 y 1861. De treinta y cuatro mil pasó a cincuenta y tres mil en sólo seis años. En ese impresionante incremento, dado el lento crecimiento poblacional de la zona, la mayor proporción fue de españoles, principalmente canarios, que  finalmente se constituyeron en la base del campesinado de toda la zona(7).
La Periquera. Sede del gobierno colonial. Hoy Museo Provincial

Entre 1820 y 1840, norteamericanos e ingleses que provenían de las Bahamas comenzaron a fundar pequeños ingenios azucareros en los partidos pedáneos de Bariay y Gibara. Los pequeños hacendados anglos fueron los primeros de la zona en exportar azúcar y colocarla en el mercado mundial. Entre ellos, Samuel Chapman, William Chapman, Santiago Patterson y Samuel Clark, aparecen registrados entre los propietarios con mayor cantidad de esclavos en Holguín. Fueron además los primeros en incorporar la máquina de vapor en toda la zona norte del departamento oriental. No por ello la industria azucarera dejaba de ser esencialmente rudimentaria en toda la región. Fue a finales de la década de 1850, fecha en que comenzó el despegue, cuando lo que primeramente fue un trapiche se convirtió en un ingenio para llegar a convertirse, a finales del siglo XIX, en uno de los centrales más grandes y modernos de toda Cuba: el Santa Lucía.

Para 1863 ya existían en la jurisdicción 76 ingenios azucareros, 753 vegas de tabaco y cientos de fincas rústicas atendidas por esclavos. La producción de tabaco, su renglón más importante, ocupaba el cuarto lugar entre los distritos civiles de la isla. Producía cera, miel de abeja, café, azúcar, miel de caña y aguardiente(8).   


San Gregorio de Mayarí
Escudo de Mayarí

En el año 1757, en una zona conocida como El Cocal, varios indios construyeron sus ranchos y bohíos alrededor de una ermita que levantó el dueño del lugar bajo la advocación de San Gregorio Nacianceno, de ahí su nombre inicial de San Gregorio de Mayarí. En 1777, el lugar fue declarado oratorio público, por el obispo diocesano, al contar con libros de bautismo, defunciones, matrimonios y contabilidad. Para ese momento era capitanía pedánea de la jurisdicción de Cuba (Santiago de). En 1786 fue elevada a categoría de parroquia y para 1827, casi medio siglo más tarde, además de la rústica ermita, se levantaban 112 viviendas para una población de 667 personas.
San Gregorio de Mayarí. Siglo XIX
Fue nombrado como Ayuntamiento en 1878 y constituido en municipio un año más tarde. Dentro de su territorio surgiría, treinta años después de ser nombrado cabecera municipal, el poblado de Cueto.

Gibara

Su nombre proviene del vocablo aborigen Jibá. En sus alrededores ocurrió el primer encuentro entre los europeos recién llegados al Nuevo Mundo, comandados por Cristóbal Colón, y los aborígenes isleños, pertenecientes a uno de los más grandes asentamientos taínos de la zona oriental, el cacicazgo de Baní. Fue allí donde los conquistadores vieron por primera vez la planta de tabaco y el uso que le daban los indios.
El lugar se fue poblando muy lentamente durante los próximos tres siglos. Las leyendas del uso de la bahía como guarida de piratas y contrabandistas tal vez contribuyó al lento asentamiento que tuvo la zona.
En 1804 el lugar pasó a formar parte de la recién fundada capitanía de Auras y el 16 de enero de 1817, año en que se colocó la primera piedra de la fortificación ordenada a construir por el cabildo de Holguín desde 1773, es reconocido como el día de su fundación.
Gibara

Ya en 1822, en el pequeño asentamiento de algo más de veinte casas que se fue conformando a la entrada de la bahía, se construye un puerto. La bahía es considerada, según la historia oral marinera, la de más fácil acceso de toda la costa norte oriental. Este hecho le imprime a Gibara un desarrollo de tal magnitud que, en 1862 y con menos de dos mil vecinos, es considerado uno de los sitios mejor fortificados de la isla.
En 1868, después de comenzar la Guerra de los Diez Años, muchos habitantes de las zonas próximas se fueron a vivir a la ciudad. La zona oriental, especialmente su parte norte, fue el lugar donde se escenificó con mayor afán el inicio de la guerra . La historiografía cubana recoge, con abundantes testimonios, los desmanes cometidos por el incipiente ejército cubano alrededor de los pequeños asentamientos y pueblos donde ocurrían las batallas y enfrentamientos entre ambas fuerzas militares, durante y después de las mismas. Gibara, con una defensa inusual para un poblado de su tamaño, se convirtió en sitio seguro para las familias que salían huyendo de la violencia.


Banes

El territorio de Banes perteneció a la jurisdicción de la villa de Bayamo desde 1513 hasta 1752, año de fundación del ayuntamiento de Holguín y al cual Banes perteneció como parte de la capitanía pedánea de Bariay. A partir de 1823 perteneció a Gibara.
En 1882 el lugar comenzó a poblarse, pero el florecimiento comenzó en 1887 con la llegada de los hermanos Dumois, Hipólito y Alfredo, procedentes de Saint Domingue; junto a los también fundadores Juan Cárdenas, Octavio Silva y Delfín Pupo.
Banes. United Fruit Company. La chispita era una carro de rieles para recorrer las plantaciones azucareras. Foto: Col. William Navarrete.

La familia Dumois, productora y exportadora de plátano en la zona de Baracoa desde antes de la llegada de la United Fruit Company a la región, en la búsqueda de terrenos para aumentar su producción compran, en 1887, una hacienda llamada Banes. Fundan, en esas tierras, la compañía Banes Fruit Company. Entre sus propiedades y las de otros campesinos de la zona, con los cuales los Dumois firmaron contratos, manejaban unas 8 mil hectáreas para la producción de la fruta tropical, que por entonces hacía furor en el mercado norteamericano.
La producción de la compañía, en el año 1895, alcanzó más de dos millones de racimos de bananos con destino al mercado norteamericano.
Fue el comienzo del desarrollo que alcanzó la zona de Nipe en la primera mitad del siglo XX.
  Al comenzar la Guerra del 95 los Dumois viajan a Nueva York, donde poseían intereses comerciales y financieros, y se establecen mientras dura el conflicto armado. Hay indicios de conversaciones y pactos entre los jefes del Ejército Libertador y los hermanos Dumois. Los mambises, enfrascados en la guerra contra España por la liberación de Cuba, destruyen gran parte del complejo económico de la zona de Nipe.
En febrero de 1898 explota el acorazado Maine en el puerto de La Habana, dando comienzo a una "nueva guerra": American-Spanish War o Guerra Hispano Americana. Así se ha empeñado en reconocer la historiografía un conflicto armado entre dos fuerzas militares que, por la rápida, solícita y forzada aceptación a la solicitud de ayuda de una de las partes, terminó convirtiéndose en un enfrentamiento con tres jugadores.
  

Notas
(6)  Anales de la Isla de Cuba, 1856, pg. 1440.
(7)  Norteamericanos en Holguín. Un estudio de caso en la historia regional cubana (Estudio etnohistórico). José Vega Suñol. Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad. Universidad de Holguín. 

(8)  Anales de la Isla de Cuba, 1865.


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